HISTORIA DEL PADRE HILARIO
HOMILÍA QUE FUE HECHA PARA EL PADRE
PADRE HILARIO
Gracias Padre Hilarlo: siempre recordaremos tu imagen pequeña, vestido con sotana negra y estola morada, armado con tu Santo Rosario, tu sonrisa transparente, 1 mirada amorosa y tu alegría de vivir. Este pueblo te llevará siempre en su corazón como un viejito de corazón de niño, de alma pura y santa.
Gracias Señor Obispo por la delicadeza y prontitud con la que acepto presidir esta Santa Eucaristía. Gracias a todos los Sacerdotes por celebrar el mismo misterio de nuestra salvación. Gracias a todos por unirnos para dar Gloria a Dios con el sacrificio de su hijo... Ahora consagrémonos a la Santísima Virgen María para que por intercesión de Ella. Dios perdone al Padre Hilarlo sus pecados.
Digamos: "Soy todo tuyo Madre Mía y Reyna mía todo lo q te tengo y lo que soy tuyo es"
EL PADRE HILARIO HERNANDEZ GONZALEZ
Quiero sacar del frío relato biográfico, unas cuantas chispas que iluminen el rostro fino. Candoroso y vivaracho del amigo del hermano. Que con un suspiro se nos fue, como los pájaros, hasta el mismo cielo.
Padre Hilario, llegaste a San Francisco de Asís, tu pueblo, apenas hace unos tres años y llegaste como te fuiste, siendo niño.
Nadie queremos olvidar tu palabra traviesa, tu mirada pícara que terminaba en una sonora y franca risa como el agua de cascada, y que terminó también robándonos el corazón, a todo el pueblo.
Padre Hilario como el divino impaciente, siempre fuiste saltarín y andariego.
A todas horas buscabas al amigo, al anciano y sobre todo al enfermo. Con tus remedios, sacados a Fuerzas del misterioso morral de !os médicos indios de Teziutlán, tus oraciones, el aceite bendito que mítica v la prendida devoción a la Virgen María, cuántos milagros de amor no hiciste a tantos enfermos del cuerpo y, sobre todo, del alma. Tú nos enseñaste con tu alegría a no tener miedo a envejecer. Tu sacerdocio, nunca perdió su vigorosa juventud Realmente eras un atleta del confesonario, un caballero perdidamente de la Virgen María y un SACERDOTE, con mayúsculas., cuando de celebrar la Santa Misa y adorar al Santísimo Sacramento. Tu sacerdocio tenía más vida que la de siete sacerdotes juntos. Siempre dispuesto a servir. ¨Convenidos por no alegar¨ era tu Forma de decir que si
Tus raras aficiones, con el tiempo descubrimos que eran virtudes, muy, escondidas, y por eso, más valiosas. Amabas con pasión y dedicabas iodos los tiempos libre, a revivir los gloriosos días un que la Iglesia tuvo que dar testimonio de fe y amor a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe, hasta con su propia sangre vías siempre admirado de las apariciones y mensajes de la Virgen. Sentías, con Ella, ansiosa preocupación para que ningún pecador se pierda. Por eso, no dejabas de predicar de esa gran verdad que quisiéramos omitir muchos sacerdotes: el infierno. Vivías una pobreza extrema, sin clamores, hasta el día de tu muerte, con sólo 20 pesos en tu bolsa. Ayunabas tercamente hasta convertir tu cuerpo en alma. Gustabas dar a todos, libros, oraciones, imágenes y rosarios. ¡Cuántos miles de rosarios y oraciones no pasaron por tus manos! Era una fina cortesía e invitación para querer mucho a la Virgen. En tus últimos días, el ferviente anhelo de ver un día en los altares a los mártires cristeros de tu pueblo, ocupó todo tu corazón. Cada entrevista, cada pista, cada acta, cada foto, eran un tesoro que compartías con nosotros los sacerdotes y amigos de los cristeros. Y tanta prisa tenías por su canonización, que hoy, 7 de abril del 2001, quisiste averiguarlo en el mismo cielo, para verlo con tus propios ojos y oírlo con tus propios oídos y sentirlo con tu propio corazón por la eternidad. Padre Hilario, no te olvides de nosotros los que gemimos y lloramos en este valle de lágrimas.
Por favor, alguien me podría decir ¿Dónde está la parroquia de San Francisco de Asís que aquí se menciona?
ResponderEliminarEntiendo que es la Parroquia de San Francisco de Asís en Jalisco México
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