miércoles, 4 de mayo de 2011

SANTUARIO GUADALUPANO
San Francisco de Asís es una población alteña, que encuentra a 1,960 metros sobre el nivel del mar.
La Hacienda de la Estanzuela  se convirtió prácticamente en el pueblo de San Francisco de Asís cuando se construyó la  primera capilla.
El 1 de septiembre de 1920 se hace la erección de la Parroquia de San Francisco de Asís.   Cerca de seis años, de 1920 a 1926, duró la edificación del templo parroquial, aunque habrá que esperar hasta 1938-1939 para que se levanten  sus majestuosas torres.
En un barrio de San Francisco de Asís, se a edificado el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe Reina de los Mártires Cristeros.
El 2 de octubre de 2001 se coloco la primera piedra de este  Templo Guadalupano.   Unos menes después, siendo párroco el presbítero Jaime E. Gutiérrez Gutiérrez, el 12 de diciembre de 2002, por manos del señor obispo don Javier Navarro Rodríguez se bendijo y consagro este recinto dedicado a la Virgencita del Tepeyac.
  En el retablo de este templo, encontramos  una bella imagen de la Virgen de Guadalupe pintada  por don David Cardona Rodríguez.
Se bendijo y consagro como
SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE REINA DE LOS MÁRTIRES CRISTEROS

BIBLIOGRAFIA

Padre Hilado fue el segundo de ocho hermanos, nació el 3 de Noviembre de 1918 en el Rancho de Santa Quiteña; sus Padres son Ángel Hernández y Ma. Inés González.
Aprendió las primeras letras en la escuelita del Rancho de Guadalupe, estuvo en Pénjamo, Guanajuato desde 1927 a 1929 (pues el Sr. Cura Angulo reunía grupos de muchachos_ con la ilusión de que saliera alguno sacerdote) junto con él estuvieron: Juan Díaz, Leonardo Ortega, Feliciano de la Torre, Pilar de la Torre, Octaviano Angulo, José de Jesús Hernández, José Arámbula, Regino Ruiz, Francisco Villalobos, Francisco Hernández, Atenógenes González, Francisco González y José López; estudiaron también comercio y música. Los sacerdotes que salieron de este grupo fueron: Padre José López, Juan Díaz, Hilario Hernández y Jesús Hernández. Y después estudió el latín por cuatro años en el Seminario de Monterrey Nuevo León, siendo Seminarista perteneció a la Congregación Mañana del mismo plantel.
Después de pasar seis años con su familia ingresó en el Seminario de Teziutlá, Puebla, donde realizó los estudios de Filosofía y Teología.
   El 30 de Mayo de 1948 recibió la Ordenación Sacerdotal de manos del Sr. Obispo D. Nicolás Corona y Corona.

Cantó su Primera Misa el 30 de Junio de 1948 en esta Parroquia.
En la Diócesis de Papantla Veracruz, prestó sus Servicios Sacerdotales en la Parroquia del Sagrario de Teziutlán, de 1948 a 1958. De 1959 a 1965, estuvo en varios lugares de Veracruz supliendo a los Párrocos, y de 1966 a 1997, de nuevo estuvo en Teziutlán. Es en 1981 cuando se consagró a la Santísima Virgen María.
En 1988 estuvo en Roma en un retiro, antes de dirigirse a tierra Santa, junto con otro sacerdote fue a Medugori, lugar de las apariciones de la Virgen.
Desde entonces 1997, regaló a nuestra Parroquia de San Francisco de Asís el sacerdocio maduro y alegre con que siempre se caracterizó. En estos últimos años, lo vimos luchando esforzado y dedicado en cuerpo y alma, con el ferviente anhelo de ver un día en los altares a los mártires cristeros de su pueblo.
Sufrió el accidente el sábado 1 de abril 2001. Fue llamado a unirse a los coros de los mártires y a gozar para siempre de la presencia de Dios y de María Santísima, a la que tanto amó y nos enseñó amar, el 7 de abril del año 2001.


HOMILÍA DEL 7 DE ABRIL 2002
Padre Hilaría Hernández: "Cómo olvidar a alguien que realmente dejó huella en las personas que lo conocimos", alguien que con su vida sencilla ha encarnado las palabras de Cristo: "Quien quiera ser el primero, hágase el servidor de todos".
 En la silueta de un hombre aparentemente cansado y desgastado fue donde se recreaba el gran proyecto de Dios: El Sacerdocio de Cristo, "Serás sacerdote para siempre y cargarás con el gran peso de ser Alter Chris tus (Otro Cristo)".
 La riqueza de la iglesia no está en sus muchos edificios y catedrales, sino en su gente, en sus santos y en la historia de éstos la cual es la historia eclesial.
"Gracias R Hilarlo por tu testimonio siempre fiable e incansable, gracias por tus palabras tan sabias y vastas, gracias por tus enseñanzas que siempre demostraban un gran amor hacia la Santísima Virgen, gracias por presentarnos a Dios en tu misma persona, gracias por ser un soldado de Cristo..." Tu pueblo de San Francisco de Asís siempre te recordará y mirando al cielo exclamará: "Padre Hilaría, ruega por nosotros'.
Al conmemorar el primer aniversario en que el Padre Mario Hernández pasó a la Gloria Eterna hemos preparado este material conseguido gracias a la colaboración de los familiares y personas allegadas al Padre.
HISTORIA DEL PADRE HILARIO


HOMILÍA QUE FUE HECHA PARA EL PADRE 
PADRE HILARIO
Gracias Padre Hilarlo: siempre recordaremos tu imagen pequeña, vestido con sotana negra y  estola morada, armado con tu Santo Rosario, tu sonrisa transparente, 1 mirada amorosa y tu alegría de vivir. Este pueblo  te llevará siempre en su corazón como un viejito de corazón de niño, de alma pura y santa.
Gracias Señor Obispo por la delicadeza y prontitud con la que acepto presidir esta Santa Eucaristía. Gracias a todos los Sacerdotes por celebrar el mismo misterio de nuestra salvación. Gracias a todos por unirnos para dar Gloria a Dios con el sacrificio  de su hijo... Ahora consagrémonos a la Santísima Virgen María para que por intercesión de Ella. Dios perdone al Padre Hilarlo sus pecados.
Digamos: "Soy todo tuyo Madre Mía y Reyna mía todo lo q te tengo y lo que soy tuyo es"

EL PADRE  HILARIO HERNANDEZ GONZALEZ
Quiero sacar del frío relato biográfico, unas cuantas chispas que iluminen el rostro fino. Candoroso y vivaracho del amigo del hermano. Que con un suspiro se nos fue, como los pájaros, hasta el mismo cielo.
 Padre Hilario, llegaste a San Francisco de Asís, tu pueblo, apenas hace unos tres años y llegaste como te fuiste, siendo niño.
Nadie queremos olvidar tu palabra traviesa, tu mirada pícara que terminaba en una sonora y franca risa como el agua de cascada, y que terminó también robándonos el corazón, a todo el pueblo.
Padre Hilario  como el divino impaciente, siempre fuiste saltarín  y andariego.
A todas horas buscabas al amigo, al anciano y sobre todo al  enfermo. Con tus remedios, sacados a Fuerzas del misterioso morral de !os médicos indios de Teziutlán, tus oraciones, el aceite bendito que mítica v la prendida devoción a la Virgen María, cuántos milagros de amor no hiciste a tantos enfermos del cuerpo y, sobre todo, del alma. Tú nos enseñaste con tu alegría a no tener miedo a envejecer. Tu sacerdocio, nunca perdió su vigorosa juventud Realmente eras un atleta del confesonario, un caballero perdidamente de la Virgen María y un SACERDOTE, con  mayúsculas., cuando  de celebrar la Santa Misa y adorar al Santísimo Sacramento. Tu sacerdocio tenía más vida que la de siete sacerdotes juntos. Siempre  dispuesto a servir. ¨Convenidos por no alegar¨ era tu Forma de decir que si
 Tus raras aficiones, con el tiempo descubrimos que eran virtudes, muy, escondidas, y por eso, más valiosas. Amabas con pasión y dedicabas iodos los tiempos libre, a revivir los gloriosos días un que la Iglesia tuvo que dar testimonio de fe y amor a Cristo Rey y a Santa María de Guadalupe, hasta con su propia sangre vías siempre admirado de las apariciones y mensajes de la Virgen. Sentías, con Ella, ansiosa preocupación para que ningún pecador se pierda. Por eso, no dejabas de predicar de esa gran verdad que quisiéramos omitir muchos sacerdotes: el infierno. Vivías una pobreza extrema, sin clamores, hasta el día de tu muerte, con sólo 20 pesos en tu bolsa. Ayunabas tercamente hasta convertir tu cuerpo en alma. Gustabas dar a todos, libros, oraciones, imágenes y rosarios. ¡Cuántos miles de rosarios y oraciones no pasaron por tus manos! Era una fina cortesía e invitación para querer mucho a la Virgen. En tus últimos días, el ferviente anhelo de ver un día en los altares a los mártires cristeros de tu pueblo, ocupó todo tu corazón. Cada entrevista, cada pista, cada acta, cada foto, eran un tesoro que compartías con nosotros los sacerdotes y amigos de los cristeros. Y tanta prisa tenías por su canonización, que hoy, 7 de abril del 2001, quisiste averiguarlo en el mismo cielo, para verlo con tus propios ojos y oírlo con tus propios oídos y sentirlo con tu propio corazón por la eternidad. Padre Hilario, no te olvides de nosotros los que gemimos y lloramos en este valle de lágrimas.

MUSEO

En estas fotos como podemos ver  es un pequeño  museo hecho del Padre Hilario de sus pertenencias en su memoria